Enfrentarse a Steven
Me dirigí al salón, con el collar apretado en la mano, esperando a que Steven saliera de la ducha. Cuando por fin apareció, respiré hondo y levanté la cadena de plata. “¿Reconoces esto?” Pregunté, con la voz temblorosa por una mezcla de dolor y determinación. Estaba claro que no esperaba esta confrontación.

Enfrentarse a Steven
Está inventando excusas
La expresión de Steven pasó de la sorpresa a la confusión, y luego se detuvo un instante en un destello de pánico. “¿Dónde has encontrado eso?”, preguntó. “En tu mesilla de noche”, respondí con firmeza. “No es mío” Dudó antes de sugerir: “Debe de pertenecer a uno de tus amigos. ¿Quizá alguien se lo dejó olvidado?”

Está inventando excusas