Pink Floyd, El Gaitero A Las Puertas Del Amanecer (1967)
Hicieron la música incidental para la poco conocida película The Committee en el 68, pero de manera más visible, porque lanzaron álbumes vinculados, la banda sonora de las películas de culto More in ’69 y Obscured by Clouds (música de la película La Vallee en el 72). Inevitablemente, las drogas psicodélicas y la creciente ambición musical fueron una fuerte influencia (Atom Heart Mother en el ’70 incluyó un coro y una sección de metales en algunos lugares, los 23 minutos Echoes on Meddle). Y todo eso fue antes de Dark Side of the Moon (que ha vendido alrededor de 50 millones de copias). Luego vino el álbum conceptual Wish You Were Here, que tenía a Barrett ausente como una figura fundamental en canciones como Shine On You Crazy Diamond y Wish You Were Here. Entonces, ¿por qué mencionar a Pink Floyd a finales de 2011, cuando, en cualquier forma, no han lanzado un álbum desde The Division Bell en el ’94?
Nicholas Greenwood, Cold Cuts (1972)
Henningham alcanza fácilmente los majestuosos picos del más vistoso Keith Emerson, pero sin la pomposidad, sin embargo, lo que más aporta a la mesa es un estilo funky que brilla en el blues y el jazz y hace estragos en las ideas preconcebidas de psicología o progreso. En lo alto, los diversos instrumentos de viento de madera de Gardner bajan y se elevan, mientras que la guitarra principal de Howarth golpea y quema el aire y la sección de cuerdas suena. Pero es la forma en que el arreglista Charles Lamont encaja estas innumerables piezas musicales que es tan fascinante. Los estados de ánimo parpadean y cambian, las atmósferas se espesan y luego se disipan, los instrumentos pasan a primer plano y luego desaparecen, pero de alguna manera todos los números se mantienen unidos, al igual que el conjunto en su conjunto.