La historia comienza a continuación

Published on 10/29/2025
ADVERTISEMENT

Esforzándome en tranquilizarme

Con la habitación dando vueltas sin cesar, luché por regular mi respiración, aunque todo mi ser temblaba incontrolablemente. Buscaba desesperadamente un poco de serenidad cuando la puerta se abrió abruptamente. El ginecólogo entró; tendría unos 40 años, llevaba una bata blanca y una sonrisa de satisfacción que iluminaba su rostro, como si estuviera al tanto de un secreto que yo desconocía y que le resultaba divertido.

Esforzándome en tranquilizarme

Esforzándome en tranquilizarme

ADVERTISEMENT

La mirada que desestima mi dolor.

La mirada desdeñosa Con un fugaz vistazo a mi historial, levantó una ceja de manera sentenciosa. “¿Calambres?”, dijo con un tono cargado de condescendencia, más una sentencia que una pregunta. “Algunas mujeres no toleran las molestias”. Sus palabras rompieron mi sereno exterior como un dardo. Era como si mi dolor fuera ridiculizado, sin una pizca de consideración. La frustración bullía furiosamente dentro de mí.

La mirada que desestima mi dolor.

La mirada que desestima mi dolor.

ADVERTISEMENT