El Primer Caído
Poco tardó el primer vecino en comerse con el coche, al dar la curva, unos de los barriles que David había colocado en su parcela. El vecino aporreó la puerta de David gritándole y amenazándole de que tuviera cuidado. Le exigía pagar los daños en su coche ya que los barriles estaban llenos de piedras y el coche quedó reventado. David conocía por supuesto las leyes a la perfección y simplemente le respondió: “Los barriles se quedan ahí ya que están dentro de mi propiedad, así aprenderéis a conducir como es debido sin invadir mi terreno” Y le cerró la puerta.
Estaba Disfrutando
David estaba disfrutando enormemente de todo aquello, cada día, podía ver desde su jardín o desde su ventana cómo los coches se rozaban y se golpeaban con sus barriles. Él estaba gozando como un niño pequeño, ahora todos los vecinos tendrían más consideración. El problema es que la tensión entre David y los vecinos estaba creciendo y creciendo, entonces David auguraba que venían más problemas, así que siguió construyendo métodos de defensa en su jardín. Como por ejemplo, un foso con pinchos, ahora sí que se iban a enterar.