Enfrentamiento inesperado
El cazador se quedó inmóvil, sobresaltado al ver a Albert. Algo en atacar a un hombre de su edad no le parecía bien. Albert, sin embargo, no dudó. Impulsado por una oleada de adrenalina y una determinación inquebrantable, se mantuvo preparado. Con décadas de experiencia duramente adquirida, estaba más que preparado para defenderse a sí mismo y a los lobos que había jurado proteger.

Enfrentamiento inesperado
Un golpe decisivo
Los ojos de Albert se clavaron en la roca familiar que había blandido antes, su peso le asentó con seguridad. Con un rápido movimiento, la hizo caer sobre la cabeza del cazador. El golpe no fue mortal, pero cumplió su función. El cazador se tambaleó y cayó al suelo, inconsciente. Albert se detuvo junto a él, con el pecho agitado, la amenaza inmediata aplacada. Pero no había tiempo que perder: en algún lugar, el lobo aún le necesitaba.

Un golpe decisivo