Salvar a las crías del lobo
Momentos después de que el cazador cayera al suelo, la loba salió cautelosamente por la puerta central. Esta vez no estaba sola. Tres pequeños cachorros de lobo caminaban cerca de ella, con sus patitas vacilantes pero llenas de confianza. Aquella visión era reconfortante. Los ojos de la loba madre brillaban de gratitud mientras guiaba a sus cachorros hacia la libertad, con una mezcla de fuerza y ternura en cada uno de sus movimientos. Albert contempló la escena y una cálida sonrisa se dibujó en su rostro. En ese momento, comprendió que este viaje nunca había sido sólo una cuestión de supervivencia. Era una historia de familia, resistencia y rescate.

Salvar a los bebés del lobo
La misión de una madre
Cuando la loba salió a la luz con sus cachorros, todo encajó para Albert. El cazador se había llevado a los lobeznos, y su madre había luchado incansablemente para salvarlos. Al darse cuenta, Albert sintió un torbellino de emociones: rabia por la insensibilidad del cazador, pero también un profundo alivio y alegría por la reunión de la familia. En ese momento, comprendió que su viaje juntos no era una mera coincidencia.

La misión de una madre