Sentirse invisible después del alta hospitalaria.
Salir del hospital fue como emerger de un sueño frío y extraño, dejándome sacudida y confundida. No recibí ninguna orientación sobre qué pasos seguir, solo un gesto de desprecio con la cabeza que lo dijo todo. Afuera, el mundo seguía su curso habitual, con coches zumbando y gente caminando, pero yo me sentía fuera de lugar, prácticamente invisible. Al llegar a casa, mi mente seguía girando fuera de control y no podía detener los temblores que me invadían.

Sentirse invisible después del alta hospitalaria.
Muster the courage
Reuniendo valor Tan pronto como llegué a casa, las lágrimas brotaron y la rabia burbujeó dentro de mí. Comprendí que debía actuar de inmediato. Mis manos temblaban mientras abría el sitio web del hospital, perdiéndome en un confuso laberinto de formularios interminables. Con cada clic, mi frustración crecía aún más. Parecía que querían alejar a la gente. Pero al fin logré comenzar a redactar una queja formal, decidida a no permitir que esto quedara impune.

Muster the courage
