Un lobo visita a un hombre todos los días a la misma hora. La razón lo deja sin palabras.

PUBLICADO EN 07/28/2025
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Una decisión atrevida

“Qué diablos”, murmuró Albert en voz baja. Sus pensamientos se desviaron hacia la tranquila soledad en que se había convertido su vida: sin familia, sin amigos, sólo una interminable extensión de quietud. Perseguir a un lobo por la naturaleza era lo más emocionante que había hecho en años. Por primera vez en lo que parecía una eternidad, una chispa de su antigua audacia se agitó en su interior. Tanto si se trataba de una valentía temeraria como de un simple anhelo de algo más grande, volvía a sentirse vivo, aunque sólo fuera por un momento.

A Daring Decision

Una decisión audaz

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Abrazar la emoción

Albert estaba de pie al borde del acantilado, con la mirada fija en el lobo que había debajo y en la infinita extensión que le rodeaba. Si éste iba a ser su último acto, sin duda sería inolvidable. La idea le hizo sonreír irónicamente. Saltar desde los acantilados no era precisamente una actividad habitual para alguien de su edad, pero le producía nostalgia. Le recordaba sus días de juventud, rebosantes de adrenalina y aventuras atrevidas. Este momento se sentía como un homenaje a aquellos tiempos audaces.

Embracing The Thrill

Abrazar la emoción

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